Y cuando todo termine,
aquella tarde en la que todos te aplaudan
Y el teatro más grande reviente
Y la ovación de pie perdure hasta el fin de los tiempos.
Donde no haya un después ni un mañana
Donde todo esté hecho
Y del universo seas centro,
Y los reflectores te abracen,
y bañen con su luz dorada.
Cuando no haya sombras
Y tu piel se erice
Y sonrías brillante
Con tus ojos bien abiertos
Y el llanto humedezca tu sonrisa
Cuando logres convertirte
En quien siempre supiste que serías
Y estés parada donde jamás pensaste
Y un aplauso te ensordezca
Y recuerdes cuando todo parecía imposible,
Sin desvelos
Sin dolor
Y estén ahí:
los que creyeron,
Los que no,
Los que te amaron
Y aquellos que olvidaste.
Mirándote perfecta:
resonante,
brillante,
y delirante.
Cuando todo termine
y el infinito se incline ante tu historia.
Entonces cogeré tu mano,
Y la sostendré para siempre.
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